viernes, 6 de septiembre de 2013

RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA - Qué se hace y qué debe hacerse?


                            RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA:

Qué se hace y qué debe hacerse?

 

La responsabilidad social empresarial o corporativa es uno de los principales temas de interés de los empresarios en el mundo, porque los mercados de consumo y de capitales premian o castigan la relación de las empresas e instituciones con su medio.

 
Sin embargo, en la actualidad este abordaje es aún incipiente y presenta varias incorrecciones: es reactivo, excesivamente mediático, poco especializado y confunde filantropía o relaciones públicas con responsabilidad social. Refleja poco conocimiento no sólo de los conceptos básicos, sino también de la razón de ser de todo el proceso de responsabilidad social: la mejora constante de las relaciones con la población como base para el desarrollo sostenible.

 
Para lograr esta meta es necesario trazar objetivos claros, definir adecuadamente el público objetivo y diseñar planes de acción estructurados y coherentes.

 
Sólo así podremos evaluar el éxito o fracaso de nuestra intervención.

 
Sin embargo, en el concepto sólo se explicita lo «social», a pesar de que el concepto de responsabilidad social incluye lo ambiental. Esta omisión se ha traducido en que muchas empresas dejen de lado el trabajo estratégico en los temas ambientales y deleguen su manejo a los técnicos.

Por esta razón nos hemos atrevido a incluir la denominación «ambiental» en el concepto de RSC y, por lo tanto, a renombrarlo como «Responsabilidad Social y Ambiental Corporativa» (RSAC), término que será utilizado a lo largo de estas páginas.

El presente artículo parte de la hipótesis de que la mayoría de los procesos de RSAC en el Perú y en América Latina son eminentemente reactivos, no cuentan con una planificación ni un entendimiento pleno y aplicable de los conceptos que la motivan. En muchos casos se han convertido en herramientas de control y transacción social. Así planteados, no cumplen con su doble beneficio –a la empresa y a la comunidad, que hemos denominado público objetivo desvirtúan su principal objetivo: la convivencia armónica y la contribución al desarrollo sostenible, y terminan convertidos en meros ejercicios de filantropía o de transacción.

La idea central es mostrar que la RSAC implica colaborar, partiendo de un esfuerzo individual, para lograr el desarrollo común. Esta tarea no es fácil y es muchas veces incomprendida, no sólo por los beneficiarios sino también por los funcionarios promotores. Para lograr la participación de todos los actores involucrados, ya sea dentro o fuera de la empresa, la RSAC debe ser completamente explícita en acciones y objetivos. Es decir, sólo con objetivos y tareas claras lograremos el compromiso empresarial y, por ende, una mayor probabilidad de generar relaciones positivas entre empresa y sociedad, base del desarrollo sostenible.

 

1.    Conceptos de RSAC

 

1.1. Qué es la RSAC

Según el «Libro verde» difundido en la Comunidad Europea, la RSAC es la integración voluntaria de las preocupaciones sociales y medioambientales de las empresas e instituciones, en sus operaciones comerciales y en la relación con sus interlocutores.

 La pregunta que surge aquí es: ¿quiénes son los interlocutores? La publicación de la Unión Europea (2001) le da respuesta cuando menciona que la RSAC tiene dos dimensiones: la interna y la externa. La dimensión interna tiene en cuenta los recursos humanos de la organización, sus objetivos personales, sus problemas y necesidades.

Por supuesto, también a los accionistas, pero eso se da por descontado.

Por otro lado, la dimensión externa incluye a las comunidades locales, los proveedores y los clientes.

Según la definición del «Libro verde», dos elementos permiten determinar si una empresa o institución desarrolla acciones de RSAC. Primero, debe ser un acto voluntario; es decir, nadie podrá obligar a una empresa o institución a ser social y ambientalmente responsable. Segundo, la RSAC debe exceder el cumplimiento de la ley, estándar mínimo obligatorio que todos deben cumplir, tanto dentro como fuera de la empresa o institución. Esto desmiente la tendencia en América Latina de calificar como social y ambientalmente responsables a aquellas empresas que cumplen la ley, como si fuera un favor a la sociedad. Es más, son las mismas empresas quienes se califican como «muy buenas» porque cumplen con la ley.La RSAC empieza cuando la empresa cumple no sólo lo legal, sino que excede dicho marco. Es decir, otorga más beneficios a la sociedad y a los trabajadores que aquellos a los que la obliga el marco legal existente. Bestratén y Pujol (2004) mencionan que una empresa es social y ambientalmente responsable si:

 
Ø  Ofrece productos y servicios que responden a las necesidades de sus usuarios, de tal manera que contribuyan a su bienestar.

 
Ø  Tiene un comportamiento que va más allá del cumplimiento de los estándares mínimos reglamentarios.

 
Ø   Demuestra conducta ética en todas sus acciones.

 
Ø  Brinda condiciones saludables y seguras a sus trabajadores.

 
Ø  Muestra respeto estricto por el ambiente, interno y externo.

 
Ø  Está integrada a la comunidad, conoce y participa de sus anhelos y necesidades, así como de sus problemas.

 
Según Acción RSE (2001), para que una empresa sea considerada responsable socialmente debe desarrollar acciones en cinco ámbitos:

 

• Ética empresarial.

 

• Medio ambiente.

 

• Compromiso con la comunidad.

 

• Márketing responsable.

 

• Calidad de vida laboral.

 

1.2. Importancia de la RSAC para la empresa o institución

 
Lo primero que debe tener en cuenta una empresa o institución es que la RSAC no es un gasto, sino una inversión. La RSAC proporciona los siguientes beneficios:

 
Disminuye los costos por paralización de operaciones o seguridad, al reducir la posibilidad de conflictos con la población.

 
Mejora la productividad, al contar con trabajadores motivados o con mejores condiciones de salud, lo cual contribuye a incrementar su fidelidad con la empresa

 
Mejora el ambiente interno y la seguridad de los trabajadores, al considerar sus necesidades.

 
Mejora el ambiente externo, al identificar y mitigar los impactos que sus actividades pueden generar en el entorno.

 
Brinda una imagen de responsabilidad en la empresa.

 

1.3.      Qué es y qué no es la RSAC

 

Por lo general, la RSAC se confunde con la filantropía o con la caridad. Así, se la
utiliza para «lavar la cara» de la empresa respecto de errores que haya cometido en
el pasado, ya sea de carácter social o ambiental; por ejemplo, contaminación o resquebrajamiento social causados por una operación poco cuidadosa.

 
Asimismo, las acciones dirigidas a la sociedad se conciben con fines de relaciones públicas. Se «vende» la imagen de una empresa sensible a las necesidades de la población.

 
Es importante resaltar que la RSAC necesita un alto compromiso social sostenible
y un alto interés consciente de la empresa. En el otro extremo, en el cuadrante inferior derecho, el alto interés consciente y el bajo compromiso dan como resultado una estrategia de manipulación social de la empresa para el logro de sus propios fines, actitud reñida con la ética.

Las relaciones públicas se ubican en el cuadrante de medio compromiso social y medio interés consciente.

 
1.4.       La ética como factor fundamental de la RSAC

Un elevado compromiso con la comunidad implica una alta dosis de ética en la
acción empresarial. No existe RSAC sin ética, aun si se realizan inversiones millonarias

¿Qué es la ética? Giraldo (2001:1) la define como «el desarrollo propio, sin atentar contra el libre desenvolvimiento de los demás, es decir es meramente subjetivo ». Esto significa desarrollarse, pero sin perjudicar en ese desarrollo a otras personas o  instituciones.

 
Por lo tanto, un comportamiento ético consiste no sólo en evitar y combatir la corrupción, como se concibe normalmente, sino en respetar las libertades, los anhelos y las potencialidades de los demás.

 

Según López (2001), ello implica que si en la práctica una empresa quiere actuar en forma ética debe:

 
Vivir de acuerdo con cinco valores fundamentales: igualdad, libertad, diálogo, respeto y solidaridad.

 
ü  Tener valores comunes para sus miembros.

 
ü  Luchar por alcanzar la satisfacción de todos los agentes involucrados, internos y externos, directa o indirectamente.

 
ü  Asumir la responsabilidad de sus actuaciones.

 
ü  Respetar la palabra antes que lo escrito.

 
Si bien estos cinco principios pueden ser adaptados para el individuo, si pensamos
en los directivos y trabajadores de una institución añadiríamos otro principio: «Ser coherente y predicar con el ejemplo». Sin embargo, la ética no sólo debe estar presente en las relaciones externas (por ejemplo, combatir la corrupción) de la empresa, sino también en el trabajo que se desempeña al interior de ella.

En consideración a esto, y no siendo este un artículo sobre ética, asumiremos implícitamente que cada paso que conduce a una estrategia y una acción de RSAC es eminentemente ético. De no ser así, ya no estaríamos ante una estrategia de RSAC.

La diferencia entre relaciones públicas, filantropía y RSAC es evidente. La filantropía es el gasto en asuntos particulares, sin esperar retorno alguno. Las relaciones públicas consisten en una relación reactiva hacia la comunidad; la empresa se da a conocer y ayuda a la solución de las demandas de la población. Si bien implica ya un compromiso, este sólo es de carácter puntual y básicamente relacionado con los temas de interés para la empresa. La RSAC es una relación proactiva ante las necesidades de desarrollo de la sociedad.

La empresa se anticipa a conocer esas necesidades para atenderlas mediante un compromiso sostenible; es decir, de largo plazo.

 

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